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Y llegamos a las mil. Mil horas de vuelo. De septiembre dos mil tres, en ése vuelo en un poderosísimo Cessna 152 en el que realicé mi primer hora de vuelo. El C-GUZI, como olvidarlo. Parece que fue ayer cuando fue hace más de cuatro años. Recuerdo en los tiempos de escuela cuando cada hora parecía como cuando una gota de agua cae de un gotero. Lenta, pausada, una a una. Ahora parecen como una vertiente donde caen las horas con toda fuerza! Jajajaja.

Ha pasado de todo en ésas mil horas. Ha habido momentos de tristeza lo reconozco, de desesperación, algunos sustos, más es como todo nada es perfecto. Las mil horas en su gran mayoría han sido llenas de pasión por el vuelo y alegría de tener la dicha de realizar lo que más le puede a uno gustar.

Un fuerte abrazo. Mil y contando.