
Dentro de todos los cambios últimamente tales como estudio intenso y una vida escuela casa casa escuela ha habido lecciones muy importantes. También he conocido gente buena de ésas personas que deseas algún día volverte a encontrar. Tales como un Ingeniero que nos impartió clases la primera semana, tal como la Señora de la casa donde vivo, y como un taxista que me trasladó antier. El Inge a parte de darnos ánimo y demás al grupo nos hizo hincapié de no desperdiciar esta oportunidad tan enorme que tenemos. Tuvo varias frases espero al rato recordarlas en este momento no me es posible.
Opté por rentar un cuarto en una casa que está muy cerca de la escuela donde estoy tomando estos cursos. La colonia no es lo mejor, la casa está bien pero lo mejor de todo es la Señora de la casa. Vaya, un monumento de Señora. La menciono por la frase que me dijo que otro día cuando me despedí de ella para ir a la escuela, me dijo: “Dios te bendiga en tu día acuérdate que todos somos triunfadores”. Vaya. Ni tu ni yo sino que todos somos triunfadores, y es la verdad. Recordé cuando un maestro de matemáticas en la preparatoria decía algo parecido. El mencionaba que todos somos ganadores, que en la concepción cada uno de nosotros fue el ganador de millones que querían llegar al mismo punto. Y es la realidad. Fuimos uno de millones.
Lo del taxista pues fue una plática que de verdad quisiera uno volver a tener. Me contó su carrera, le conté lo poco que llevaba de la mía. Él era un señor que limpiaba baños en Nacional Financiera, trabajando hizo una carrera y le otorgaron un mejor puesto, después una maestría y llegó a un nivel muy alto. Se pensionó y con la mentalidad de que la ociosidad es la madre de todos los vicios se hizo de un taxi. Ahora tiene cuatro, los tres otros salieron del primero. Él es el dueño de los cuatro y dice está realizado personalmente. Sus hijos felizmente casados y con excelentes trabajos, el llevaba no se cuantos años felizmente casado, tuvo un excelente trabajo y me dice: “a mí se me presentó el tren de la vida tres veces. Y las tres veces lo tomé. A ti se te acaba de presentar, parece que lo has tomado y muchas felicidades pero aprovecha cada oportunidad que se te vaya presentando a lo largo de tu carrera. Acuérdate de una cosa, el tren cuando llega se para y quien sube se subió. El tren no regresa ni lo puedes demorar. El tren pasa y se va”.
El tren de la vida. Ése que esperas a veces días a veces meses a veces años. Ése tren que a veces pudiera pasar sin hacer parada. O a veces pararse y quien subió ha subido quien no se subió lo perderá. El tren que no regresa. El tren que te puede llevar a donde quieres llegar. Debemos aprovechar cuando se detenga ante nosotros ése tren de la vida. Ya que lo tomamos valorar y aprovechar aquella oportunidad tan grande que se nos ha presentado. En mi caso espero todo salga bien, seguimos trabajando y echándole muchísimas ganas para que todo nos salga bien. Es una oportunidad que de ninguna manera quisiera desperdiciar. Si llega el tren subámonos a él y hagamos todo por no bajarnos de él antes de llegar a nuestro destino final. Tan importante es subirse como mantenerse. Fuimos los ganadores de uno entre millones. Nacimos venciendo. Recordemos que todos somos triunfadores. Gracias por tu visita que Dios te bendiga y tengas un buen día!